miércoles, 18 de septiembre de 2013

No vendamos humo, por favor

56. Este es el número de notas de prensa, con sus respectivas llamadas telefónicas de seguimiento, que el otro día recibió un periodista de un medio de comunicación generalista. Y me dice que está seguro que la media diaria es todavía más alta. ¿Os imagináis qué puede hacer un periodista con 56 comunicaciones de fuente? Sí, eso es: la mayoría de notas de prensa van directamente a la papelera.

Contextualicemos: la crisis del sector está dejando las redacciones cada vez más vacías. Los periodistas tienen asignados más temas a tratar y, por tanto, disponen de menos tiempo para contrastar informaciones. Y lo más peligroso para nosotros, los Dircom: las notas de prensa insulsas, mal redactadas y focalizadas en temas banales y sin interés periodístico van al alza.

Ante esta situación, ¿creéis que la notas de prensa seguirán siendo el mejor canal para informar al periodista? Sinceramente, pienso que sí: a pesar de todo, los comunicados todavía tienen una larga vida por delante. Pero todo depende de nosotros: los comunicadores corporativos tenemos, ahora más que nunca, la obligación de prestigiar nuestra mermada profesión. Y eso pasa, también, por asesorar a nuestros directivos (no todo es noticiable; no siempre tienen razón), por ponernos en la piel del periodista (redactemos de manera impecable; destaquemos lo que realmente es interesante) y por ejercer con profesionalidad (no molestemos al periodista; no enviemos correos masivos sin interés). Claro está que todo esto sólo es capaz de aportarlo un comunicador corporativo profesional, formado académicamente y comprometido con la gestión estratégica.

Nuestra guerra se libra en dos bandos: el intrusismo y las malas prácticas. De nosotros depende que en un futuro próximo tengamos la credibilidad que necesitamos para seguir ejerciendo.

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